ESTRELLAS FUGACES

Wednesday, June 22, 2005

NINO BRAVO

Por Humberto Vinasco Rojas

En la mañana del 16 de abril de 1973, un automóvil deportivo BMW 2800, color gris perla, que se dirigía de Valencia a Madrid, patinó en una curva saliéndose de la vía y dando varios tumbos antes de detenerse.

Tres de sus ocupantes –el guitarrista José Yuesa y los cantantes Miguel Diurni y Fernando Romero, integrantes del Grupo Humo-resultaron con heridas serias de las que no obstante, se repusieron con el tiempo. El conductor del auto, Luis Manuel Ferri Llopis, no tuvo tanta suerte y murió pocas horas después, en una clínica de Madrid, a causa de una lesión cerebral sufrida por el violento impacto.

La infausta noticia se conocería en nuestros países a través de boletines de la radio informando del terrible accidente que truncó la carrera de quien empezaba a convertirse en un ídolo, a quien conocíamos mejor con el nombre de Nino Bravo.

Este apelativo había surgido accidentalmente en ronda de amigos al compararse su estilo con el del artista de moda, Raphael, quien a fines de los ‘60 hacía películas y llenaba auditorios en Europa y América. Su apoderado, para diferenciarlo del popular Niño de Linares, acotó: "Pero es que éste es otro niño… un Niño Bravo" aludiendo su forma de cantar, viril, sin afectaciones, y a su voz potente y bien colocada.

Al momento de morir, Nino Bravo apenas empezaba a saborear las mieles de la fama tras un comienzo difícil y lleno de sinsabores. La tragedia no solo acabaría con una carrera promisoria sino que privaría a la canción popular de una de las voces más bellas en nuestro idioma. Su tesitura, que le permitía alcanzar registros impresionantes (escúchense sus temas Noelia, Puerta de amor y Es el viento ("Es el viento que te habla, que acaricia tu corazón… es el viento que te besa, es el viento que soy yo…"), aceptaba influencias de Tom Jones y Engelbert Humperdinck, aunque su cantante predilecto fue siempre Luis Mariano, el de las inolvidables Violetas imperiales.
Otros cantantes españoles como Juan Bau (La estrella de David, Mi corazón, Fantasía, etc), Juan Erasmo Mochi (¿Qué hay en tu mirada?) y Francisco, quien se hiciera famoso en los 70 con el tema La chica del poster, intentarían después ocupar su lugar, lo que consiguieron en forma efímera porque, la verdad, ninguno es recordado por el público igual que lo es Nino Bravo.

Luis Manuel Ferri había nacido el 3 de agosto de 1944 en Ayelo de Malferit, población de Valencia, y cuando tenía cuatro años, su familia se trasladó a la capital debido al trabajo del padre, inspector de una compañía de seguros. El chico estudiaba y en ratos libres, ayudaba a su madre a manejar un negocio de venta de comestibles. Ya adolescente, ingresó al bachillerato y trabajó como aprendiz de joyero. La afición por la música había empezado a motivarlo por lo que luego lo vemos integrando una rondalla con amigos del barrio, siendo él la voz cantante. Hizo parte después del trío Los Hispánicos y del grupo Los Superson, cantando (fonéticamente) canciones en inglés y temas tropicales al estilo de Moliendo café, para divertir turistas extranjeros y ganar algunas monedas.

El servicio militar lo despojaría temporalmente del flequillo de pelo que enmarcaba su rostro, de nariz aguileña y ojos tristones, al igual que de sus ansias de artista, por lo que al salir del ejército, se empleó como oficinista. Para picar su vanidad, sus amigos lo retaron a que no era capaz de cantar Delilah, tema de moda interpretado por el galés Tom Jones, y fue gracias a este truco que pudieron convencerlo de volver a cantar. Viendo ahora las cosas desde otra perspectiva, su carrera empezó a tomar un rumbo diferente. Participó por primera vez en un festival en 1968 con el tema italiano Canzone per te y un año después, el teatro Principal de Valencia lo vio presentarse, llamándose ahora Nino Bravo, e interpretando el tipo de canciones que definirían su estilo en adelante.

Si bien la presentación fue un éxito local, otra cosa pensaron los empresarios, que parecieron no percatarse de su talento. Habiendo gastado sus escasos ahorros, quedó a merced de la ayuda de sus amigos del grupo musical, quienes lo instaban a seguir y buscar el apoyo de una disquera. Se trasladó entonces a Madrid donde empezó a tocar puertas y hacer audiciones, trabajando de noche con el grupo donde podían, para sobrevivir.

Finalmente el maestro Torregrosa, de Fonogram, escuchó sus canciones y decidió ayudarlo. Firmó un contrato por cinco años recibiendo 5 mil pesetas por canción grabada y 4 por ciento de regalías por ventas de discos. El siguiente paso fue buscarle un compositor, y éste fue Manuel Alejandro, quien había producido la mayoría de los éxitos de Raphael y se encontraba ahora distanciado del divo. Alejandro le dio cuatro temas: el mencionado "Es el viento", Ya no me vuelvo a enamorar, Como todos, y No debo pensar en tí ("No debo pensar en tí, no debo buscarte más y olvidarme de tu amor y pensar que no existió, aunque tenga que llorar…").

El disco tuvo un éxito relativo, pero sirvió para cotizar sus presentaciones personales, por las que cobraba 15 mil pesetas, ya a comienzos de 1970. Sus productores le aconsejaron vestir ropas modernas y así, con un traje blanco de cuero ceñido, se presentó en el Festival de la Canción de Barcelona donde interpretó "No debo pensar en ti". La suerte no lo acompañó y el malhumor se tradujo en la brusca ruptura con Manuel Alejandro. Nino regresó a Valencia bastante amilanado, pero no vencido. Buscó un nuevo representante y en el verano de ese mismo año, conoció a Augusto Algueró, quien le dio la que sería su canción: Te quiero, te quiero, con letra de Rafael de León y que tiene una curiosa historia.

Algueró la había dado inicialmente a La Faraona, Lola Flores, quién la incluyó en una película que filmó en Argentina con Luis Sandrini, llamada Una aventura en Hong-Kong. La canción, llamada entonces Más sola que la una, fue bautizada por decisión del productor como La niña ahogada. Enojado, Algueró pidió autorización para seguir utilizando su música y pidió una nueva letra al poeta De León, entregando la nueva versión a Raphael –quien en esos días se peleaba con Hispavox-, por lo que la canción fue archivada. Fue entonces cuando conoció a Nino Bravo y decidió que su voz era perfecta para el tema, que una vez grabado, ingresaría en la historia: "De por qué te estoy queriendo, no me pidas la razón, pues yo mismo no lo entiendo, con mi propio corazón, al llegar la madrugada, mi canción desesperada, te dará la explicación… Te quiero vida mía, te quiero noche y día, no he querido nunca así, te quiero con ternura, con miedo con locura, solo vivo para ti…" Su éxito fue inmediato, no solo en Europa sino en Hispanoamérica, donde entró con fuerza poco después, cuando Algueró empezó a componer las canciones incluidas en su primer álbum y que completó con los temas compuestos por Alejandro.

En 1971 contrajo matrimonio con su novia María Amparo Esther Martínez, y el mismo año, grabó su segundo L.P., que contenía entre otros El adiós, Ni el viento ni el tiempo, Flor de invernadero, Puerta de amor y su particular versión del tema paraguayo Mis noches sin tí ("Sufro al pensar que el destino logró separarnos, guardo tan bellos recuerdos que no olvidaré…").
El año de 1972 fue pródigo para el artista, pagó sus deudas, compró nuevos instrumentos para el grupo y pudo reunir dinero suficiente para comprarse una casa de campo. Compró también un auto usado en el que aprendió a conducir y acto seguido, adquirió un Mercedes Benz que hizo trizas poco después en un aparatoso accidente, regresando de Barcelona con sus músicos, afortunadamente sin ningún lesionado. El premonitorio incidente no lo desanimó a la hora de comprar, como regalo de Navidad, el BMW en que perecería cuatro meses después.

Ya instalado dentro del grupo de los triunfadores, aparecieron otros compositores y nuevas canciones, las mejores que grabó y que confirmarían su éxito. Hablamos de la dupla Pablo Herrero-José Luis Armenteros, y de los temas Un beso y una flor ("De día viviré, pensando en tu sonrisa, de noche las estrellas me acompañarán, serás como una luz que alumbra mi camino, me voy pero te juro que mañana volveré…" ) y Libre, tema un tanto extraño para su línea romántica usual ("Con su amor por bandera se marchó, cantando una canción, marchaba tan feliz que no escuchó, la voz que le llamó, y tendido en el suelo se quedó, sonriendo y sin hablar, sobre su pecho flores carmesí, brotaban sin cesar… Libre, como el sol cuando amanece yo soy libre, como el mar…").

Al comenzar el 73, la vida le sonreía, su rival Raphael pasaba largas temporadas fuera del país, no había ningún cantante a la vista con sus características, gustaba por igual a públicos jóvenes y adultos y ganaba cada vez más admiradores por su manera de cantar, poniendo alma y sentimiento hasta el punto de quedar extenuado en sus presentaciones. Compró un apartamento en Valencia donde ensayaba y descansaba, y hacía planes para montar una discoteca que se llamaría Julio Verne. Había terminado de grabar las canciones del que sería su tercero y último álbum: Laura, Te acuerdas, María, Tu cambiarás, Mona Lisa y un título que después perecería irónico: Vivir, vivir…

Todos sus sueños terminaron abruptamente esa trágica mañana de primavera, en la carretera nacional III, a la altura del kilómetro 95, del municipio de Villarrubio. Su muerte pareció ser la señal para la difusión internacional de sus canciones y una de ellas no solo inició entre nosotros el mito, sino que se convirtió en himno por estar dedicada a la región morena de nuestro continente: ("Donde brilla el tibio sol con un nuevo fulgor, dorando las arenas, donde el aire es limpio aún bajo la suave luz de las estrellas, donde el viento se hace albor, el río es hablador y el monte selva, hoy encontré un lugar para los dos en esa nueva tierra… América… América… todo un inmenso jardín eso es América… cuando Dios hizo el Edén, pensó en América… Cada nuevo atardecer el cielo empieza a arder y escucho al viento, que me trae con su canción una queja de amor, como un lamento, el perfume de una flor, el ritmo de un tambor, en las praderas, danzas de guerra y paz de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas…").

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